En Alma somos conscientes de que para cuidar el cuerpo de una persona mayor, dependiente y/o enferma, no solo será necesario lavarlo con agua y jabón neutro, sino también hidratar y proteger su piel, tonificar su musculatura y realizar ejercicio físico.
El aseo y la higiene personal debe realizarse diariamente, en el cuarto de baño (preferiblemente en plato de ducha) o en la cama en aquellos casos en los que el usuario debe permanecer tumbado; en ambos casos será muy importante supervisar que no existan lesiones en la piel. Esta es la primera barrera que se encuentran los posibles agentes patógenos, y para evitar que la traspasen deberemos protegerla con una buena crema hidratante (de fácil absorción). No debemos olvidar que una piel hidratada, además de saludable, será más flexible y resistente a los roces y pequeños golpes, que podrían provocar su rotura. Además, durante la aplicación de la crema, será el momento de proporcionar a nuestro usuario un masaje corporal estimulante y muy saludable, física y anímicamente.
Habrá que prestar especial atención a las zonas más propensas a retener la humedad, para secarlas con mucho cuidado y en profundidad (entre los dedos de los pies, el hueco poplíteo de las rodillas, las axilas, las ingles, etc.); de esta forma evitaremos la maceración de la piel y la aparición de hongos y/o escaras. Además, habrá que vigilar la posible humedad en las prendas de vestir y en el calzado, especialmente si son de materiales sintéticos; tener en cuenta también que el contacto de la piel con polvo y superficies como la arena, elimina el manto ácido y la grasa de la piel que previene la acción de estos microorganismos patógenos.
Haznos un like!