Cuidar a la persona cuidadora

 

El cuidador principal suele ser un familiar (en la mayoría de los casos mujer) que de la noche a la mañana tiene que encargarse de apoyar diariamente a la persona dependiente y atender todas sus necesidades. Esta responsabilidad puede surgir de forma inesperada a consecuencia de una caída, una lesión grave o una enfermedad sobrevenida. Desde ese momento tendrá que ayudarle en el aseo, el vestido, la alimentación, etc. Pero también deberá darle compañía, estimularle y fomentar sus relaciones sociales, procurando que se mantenga activo y con una vida saludable.

La persona cuidadora se verá sorprendida por la nueva situación, sin que apenas le dé tiempo a organizarse, sin recursos materiales ni humanos y sin apenas preparación. Esta situación de “sobrecarga”, que se añade a las obligaciones personales y laborale que ya tenía, puede prolongarse en el tiempo llegando a afectarle gravemente si no cuenta con ayuda y, sobre todo, si no se cuida el mismo.

En Alma creemos que es muy importante saber afrontar estas situaciones, que conllevan estrés y angustia, con serenidad y fortaleza emocional, pero también de manera compartida. El cuidador debe aprender a pedir ayuda en su entorno más cercano, delegar tareas en otras personas y encontrar tiempo de descanso para él. Un tiempo de ocio y un tiempo para cuidarse que deberá ser gratificante, sin que ello le produzca malestar ni suponga un cargo de conciencia para él. Leer o escuchar música, hacer ejercicio físico o pasear, salir con amigos… Actividades “no productivas” en las que la mente se aquieta y el cuerpo reposa, para poder aumentar nuestras defensas, recargarnos de energía y mejorar nuestra salud. En definitiva, para cuidarnos.

Porque de la capacidad que tenga el cuidador (profesional o inexperto), para atender sus propias necesidades y no comprometer su salud, dependerá la calidad de los cuidados que luego proporcionará a ese usuario o familiar. Un beneficio por tanto para todos, para la persona dependiente y para el cuidador, que les permitirá entrar en lo que llamamos el “círculo virtuoso” de los cuidados.

Conscientes de la importancia que tiene proporcionar cuidados de calidad al usuario, Alma le presta servicios asistenciales integrales, encargándose de seleccionar al cuidador profesional más adecuado. Esta persona, Técnico en Atención Sociosanitaria, gerocultor o auxiliar de enfermería, no solo atenderá las necesidades de la persona dependiente asignada sino que también proporcionará el apoyo necesario a los familiares y/o convivientes.

 

Importante: En caso de no poder contar con la ayuda de familiares o amigos, le
recomendamos ponerse en contacto con los servicios sociales lo antes posible, a través
de su Centro de Salud (atención primaria), donde valorarán el grado de dependencia y
establecerán los recursos que sean necesarios para una correcta atención de la persona
dependiente (atención domiciliaria, terapias específicas, centro de día, etc.).

 

Ver vídeo: “Consejos para cuidadores” > https://youtu.be/VeOalyqtDqA

 

 

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